Las recreativas fueron cruciales en el mundo de los videojuegos ya que, en un momento siempre difícil para cualquier negocio como es el inicio, cumplieron con dos funciones:
Los inicios de las recreativas
Ya en los años 20 existían precarias recreativas que se ubicaban en centros dedicados al ocio como ferias o espectáculos. Así, podían hallarse galerías de tiro en las que probar la puntería, máquinas que leían la buenaventura, máquinas con bolitas entre las que se sorteaban diversos premios o reproductores de música.
Las recreativas en la década de 1930: los pinballs
En esta década aparecieron los primeros pinballs que funcionaban con monedas. Sería injusto no hablar de ellos en una página dedicada al mundo de los videojuegos ya que, a lo largo de la historia, los pinballs siempre han estado muy ligados a sus primos computacionales. Eso sí, no creas que los pinballs son originarios de 1930, su historia se remonta a la Francia del siglo XVIII, se le llamaba Bagatelle, era un tablón de madera sobre el que circulaba una pelota entre diversos topes metálicos. Era un juego de puntería y su mecanismo no disponía de sistemas de puntuación de ninguna clase.
Más tarde, en EEUU, se modificó el juego y se le añadió el clásico lanzabolas, gracias al cual el británico Monty Redgrave está considerado por muchos como el padre del pinballs. Ya en el año 1900 se aplicaría la electricidad a los pinballs, pero no fue hasta el año 1931 cuando, de la mano de David Gotlieb, se fabricarían masivamente. Gotlieb creo el Baffle Ball del que se venderían más de 60.000 unidades en un éxito sin precedentes que popularizó esta singular máquina a lo largo y ancho del mundo.
Pero todavía faltaban casi cuatro décadas para que se mostrase ante el mundo el primer videojuego arcade, aunque esto lo dejaremos para la próxima entrada.
Saludos, cartucheros!
- Educación. La gente no sabía ni lo que era un videojuego, así que las primeras recreativas debían mostrar las posibilidades de este nuevo sistema de diversión y debían ser espectaculares -para la época- con el fin de llamar la atención.
- Rentabilidad. Las recreativas demostraron que a la gente le gustaban los videojuegos y, lo que era más importante para la industria del momento, que estaban dispuestos a pagar por jugar.
Los inicios de las recreativas
Ya en los años 20 existían precarias recreativas que se ubicaban en centros dedicados al ocio como ferias o espectáculos. Así, podían hallarse galerías de tiro en las que probar la puntería, máquinas que leían la buenaventura, máquinas con bolitas entre las que se sorteaban diversos premios o reproductores de música.
Las recreativas en la década de 1930: los pinballs
En esta década aparecieron los primeros pinballs que funcionaban con monedas. Sería injusto no hablar de ellos en una página dedicada al mundo de los videojuegos ya que, a lo largo de la historia, los pinballs siempre han estado muy ligados a sus primos computacionales. Eso sí, no creas que los pinballs son originarios de 1930, su historia se remonta a la Francia del siglo XVIII, se le llamaba Bagatelle, era un tablón de madera sobre el que circulaba una pelota entre diversos topes metálicos. Era un juego de puntería y su mecanismo no disponía de sistemas de puntuación de ninguna clase.
Más tarde, en EEUU, se modificó el juego y se le añadió el clásico lanzabolas, gracias al cual el británico Monty Redgrave está considerado por muchos como el padre del pinballs. Ya en el año 1900 se aplicaría la electricidad a los pinballs, pero no fue hasta el año 1931 cuando, de la mano de David Gotlieb, se fabricarían masivamente. Gotlieb creo el Baffle Ball del que se venderían más de 60.000 unidades en un éxito sin precedentes que popularizó esta singular máquina a lo largo y ancho del mundo.
Pero todavía faltaban casi cuatro décadas para que se mostrase ante el mundo el primer videojuego arcade, aunque esto lo dejaremos para la próxima entrada.
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